BENEFICIOS DE LA MEDITACIÓN

Beneficios de la Meditación al alcance de todos

Tanto la Psicología como la Medicina, en la actualidad, han demostrado que la práctica asidua de la meditación favorece la relajación física, la disminución del stress, la capacidad atencional y concentrativa del cerebro, el buen rendimiento de la memoria, el desarrollo de la creatividad, la liberación de emociones negativas como el enojo, la angustia, el miedo y el aumento del poder de emociones positivas como la alegría, la tolerancia ó el amor comprensivo.
Al meditar ocurre un fenómeno que podría describirse como la combinación equilibrada y constructiva entre dos formas básicas del funcionamiento de nuestra mente: la activa y la receptiva.
Mientras la mente activa se dedica al procesamiento intelectual de la información que llega al cerebro (razona, imagina, organiza todos los datos para darles forma de conocimiento y expresarlo en acciones concretas), la mente receptiva permanece atenta y sensible para captar nuevas informaciones. Esto quiere decir que una parte de nuestra mente está de continuo abierta a la captación de aspectos más profundos de la información existente en el mundo externo e interno, y otra parte, está ligada a la formulación ordenada de las percepciones resultantes de la experiencia y a la traducción de estas últimas en acciones y voluntades.
Entonces, las dos cualidades de nuestra mente (racional y sensible-intuitiva) son igualmente imprescindibles para un estado saludable y facilitador del bienestar general de la persona. Si alguna de ellas tiene más protagonismo por sobre la otra, se produce un desequilibrio dinámico que puede producir efectos diversos, según cada caso. Entre ellos el conocido stress, los dolores corporales y las variadas contracturas musculares, somatizaciones como el asma, las alergias, también las fobias o el pánico, las depresiones, los desequilibrios emocionales, y desórdenes mentales que pueden llegar hasta la desorientación de la propia identidad.
Si ya la ciencia ha comprobado que a través de la meditación alcanzamos el funcionamiento parejo e integrado de nuestras mentes complementarias (hemisferios cerebrales), entonces son realmente muchos los beneficios que nos podemos garantizar, sobre todo, porque se trata de un método sencillo que se encuentra al alcance de todos incluso por sus requerimientos económicos.
Dos autores que se han dedicado a la investigación y práctica de las diversas técnicas meditativas propuestas a lo largo del tiempo, Joel Levey y Michelle Levey, consideran que son tres los principales objetivos alcanzados a través de este camino:
Descubrir y transformar los hábitos limitadores o negativos de la mente
Potenciar nuestras capacidades naturales para la inteligencia creativa, sabiduría interior y amor compasivo
Convertirnos en puentes de beneficios para los demás a partir de la liberación de nuestro potencial positivo y del propio bienestar, alcanzado disciplinadamente con esta práctica.

Si hablamos del aspecto técnico de la meditación, es necesario aclarar que cualquier forma elegida tiene siempre una consigna en común con el resto de las opciones: centrar la atención una y otra vez en el foco u objeto propuesto por la técnica que se esté practicando, aún cuando la mente se distraiga una y otra vez. Por ejemplo, si estamos focalizando en nuestra respiración trataremos de volver nuestra concentración a ella tantas veces como nuestra conversación interna nos lleva la dispersión. Es esperable que aparezcan pensamientos, preguntas, sensaciones corporales y críticas que nos lleven a desatender la respiración en ese intento. Cuando esto sucede, simplemente soltaremos esos distractores con la mayor naturalidad posible, amorosamente tratando de aceptar que esto es parte del mismo proceso. Que esto es algo que nos puede pasar y que, seguramente, nos pasará.
No hay calificaciones ni exigencias en este terreno. No se trata de meditar bien o mal. Quien se inicia en esta práctica suele creer (desde su mente racional-crítica) que hay un modo correcto de meditar y parte de sus distracciones tienen que ver con las inseguridades que siente cuando se plantea internamente si está haciendo lo que el guía o instructor espera que haga ó cuando se pregunta mentalmente, mientras lo está haciendo, si lo estará haciendo correctamente.
Esto también es parte del proceso ya que se trata de un mundo que la persona está comenzando a descubrir, de un camino que está animándose a transitar y porque llega a esta instancia mayormente plantado en el funcionamiento de su mente activa debido a que condicionantes culturales, educativos e históricos han venido reforzando el uso racional de su mente activa en perjuicio del funcionamiento sensible e intuitivo de su mente receptiva.
Y este desbalance es, precisamente, lo que la práctica consecuente de la meditación le ayudará a re-equilibrar otorgándole los beneficios mencionados anteriormente.
Además, en lo que respecta a nuestra cotidianidad, la meditación nos entrenará para estar centrados en el momento presente, descubriendo con mayor facilidad la solución de los problemas, aumentando nuestra comprensión de nosotros y de los demás, dando rienda suelta a nuestro sentido del humor, ganando confianza ante los nuevos proyectos, mejorando nuestras relaciones afectivas, concretando mejores metas y otorgándole un sentido más pleno a la vida.
En síntesis, aprender a meditar es aprender a permanecer presentes en el momento presente y entrenarse en el buen uso del poder que tenemos para crear salud, longevidad y una forma mejor de vivir para el bien de todos.